Debes tener en cuenta varios aspectos antes de iniciarte en el mundo del yoga. Más allá de los prejuicios, que nada tienen que ver con la realidad, que relacionan esta disciplina con cánticos propios de los Hare Krishna y ejercicios pensados para contorsionistas, lo cierto es que puede resultar complicado encontrar el equilibrio entre la vida personal y un trabajo tan absorbente como el de los profesionales veterinarios.
Debemos tener en cuenta que cualquier nueva actividad que incluyamos en nuestra rutina requerirá, necesariamente, un cambio respecto a cómo distribuimos el tiempo. Empieza poco a poco y márcate objetivos realistas. Dedica 10 minutos al día, ya sea por la mañana nada más levantarte, cuando tengas un momento a solas al final del día, en ratos libres entre consultas o en cualquiera de las situaciones incluidas en nuestra sección «Vet Yogi». No hace falta comprar una estatua de Shiva, libros sobre yoga, esterillas carísimas ni un altar antes siquiera de que encuentres un espacio en tu vida para incorporar esta nueva rutina y darte cuenta de que te funciona. La clave está en concebir el yoga como un lugar seguro y feliz dentro de ti y, desde ahí, ampliar tu práctica cada vez más.
Aquí tienes algunos consejos prácticos:
Puedes empezar por trabajar tu respiración, encontrar un lugar de tranquilidad y, a partir de ahí, explorar técnicas de meditación. Si te resulta incómodo sentarte en el suelo con las piernas cruzadas, puedes sentarte en una silla o en un bloque en el que puedas mantener una postura erguida. Los movimientos naturales y fluidos de la columna en sincronía con la respiración, la elevación y el estiramiento de los brazos o las torsiones sencillas pueden ayudarte a profundizar en tu meditación. Una vez que lo practiques, experimentarás una sensación de ligereza y gozarás de más energía durante todo el día.
Es posible que, si te encuentras a gusto con esta rutina de respiración y estiramientos, te preguntes: «vale, ¿pero qué estilo de YOGA elijo?». Hoy en día tienes a tu alcance multitud de estilos, estudios, tutoriales y clases presenciales u online impartidas por grandes profesionales. El mejor consejo que te puedo dar es que busques instructores o estudios de yoga certificados en los que te puedan enseñar todas las dimensiones de esta disciplina y que no se centren únicamente en la parte física o externa. Encuentra el estilo que mejor se adapte a ti en función de tu edad, complexión, estado físico, estilo de vida o historial de lesiones y enfermedades. Trata de marcarte unos objetivos e identificar qué es lo que pretendes conseguir exactamente con el yoga.
Supongamos, por ejemplo, que te dedicas a la cirugía veterinaria, tienes unos 40 años e hijos, no estás del todo en forma, sufres de dolores en el cuello y en la espalda y has tenido lesiones en los hombros y las muñecas. Te aconsejo que empieces por el yoga terapéutico, el estilo Iyengar, que requiere el uso de elementos de apoyo para adaptar las posturas. El yoga en silla permite empezar a trabajar poco a poco en la postura general con ejercicios y torsiones ligeros para la espalda, la apertura de hombros , etc. Pasados unos meses, habrás creado «espacio» en tu cuerpo y podrás introducir más movimientos dirigidos a mejorar la fuerza y la resistencia.
Pongamos otro ejemplo: te acabas de graduar, estás haciendo turnos completos y guardias de urgencias telefónicas, no dispones de tiempo para ti y sientes un agotamiento extremo. Puede que recomendarte que hagas ejercicio físico en este caso parezca contradictorio, especialmente si ya estás en forma, vas al gimnasio o sales a correr o en bici. Aun así, deberías valorar algún estilo de yoga dinámico y exigente, como el Ashtanga, el Vinyasa o cualquier otro que te permita trabajar todo tu cuerpo. Si te aprendes una serie completa con una secuencia de ejercicios determinada no tendrás ni que ir a un estudio, ya que bastará con que estires la esterilla en el suelo para ponerte a ello.
Tras 12 años de práctica y 5 de enseñanza, me resulta inevitable acudir a mi experiencia como veterinario para evaluar y decidir cuál es la mejor alternativa para cada nuevo estudiante que conozco. Sin embargo, sí hay una cosa que les enseño a todos ellos, y es a empezar siempre por el mundo de la meditación. Tal y como reflejan los ancestrales Yoga-Sutra, la práctica de posturas físicas está pensada para liberarnos de nuestros condicionamientos físicos y mentales adquiridos y favorecer una postura cómoda e indolora durante las sesiones de meditación. Al fin y al cabo, el concepto integral del yoga consiste justamente en eso.
Namasté, cuídate y recuerda: póntelo fácil…
Cris
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