Pol Sarquella es veterinario clínico de especies exóticas y fauna salvaje. Obtuvo además un Máster en OneHealth y otro en Marketing Farmacéutico. Hizo prácticas en Sudáfrica y volvió a Europa para vivir y trabajar. Después de unos años como clínico de exóticos, ha decidido reorientar su carrera. Descubre cómo se vive la profesión desde la perspectiva de un clínico de especies exóticas.
¿Qué te impulsó a estudiar veterinaria y cómo ha evolucionado esta vocación inicial?
El motivo principal fueron todos los documentales de vida salvaje y de National Geographic, me apasionaban. Asistí a una charla de Jane Goodall sobre primatología y desde entonces quería ayudar a la conservación de especies en vías de extinción. Pero a medida que pasaba el tiempo fui aterrizando en los conceptos del día a día.
Durante las prácticas de fin de carrera en Sudáfrica pude constatar que allí se convive con muchas zoonosis que afectan tanto a los animales como a la población. Entendí que los veterinarios éramos clave para evitar las zoonosis y gestionar la fauna desde un punto de vista sanitario. Pasé de una imagen idealizada de la conservación de la fauna africana a la realidad y vi cómo podríamos contribuir como veterinarios.
Tras volver de África y hacer un clinical internship en animales de compañía y exóticos, decides trabajar solo con los últimos. ¿Nos lo cuentas?
Dedicarme a la clínica de exóticos y fauna salvaje desde Europa era como ser una pequeña parte del todo. Las especies exóticas me fascinan… Reptiles, aves, mamíferos. Pensé que como veterinario podía aprender de ellas, saber mejor cómo funcionan y ayudarlas creando el mejor ambiente posible para cuando están viviendo fuera de su ambiente natural.
¿Qué recursos has echado de menos como veterinario de exóticos en los centros que has trabajado, dedicados en su mayoría a perros y gatos?
Cuando se trabaja en una clínica mixta y eres el clínico de exóticos se suele trabajar de forma muy aislada, como si tu departamento fuera algo externo al resto del hospital. El especialista de exóticos debe tener un perfil multidisciplinar y a veces puede ser difícil llegar a todo. Un grado potente de integración con servicios complementarios como anestesia, cirugía o urgencias permitiría asegurar que todas las especies reciben un trato especializado en todos los campos de la medicina y mejoraría las tasas de éxito. Es importante que los Practice Managers entiendan que todo funciona mejor cuando están integrados todos los servicios.
Como veterinarios de exóticos ¿cómo sobrelleváis la fatiga por compasión, el apego y la gestión del duelo? ¿No es más fácil no encariñarse con animales que parecen no crear tanta conexión con los humanos?
No, todo lo contrario. En general son especies que crean vínculos muy fuertes con sus tutores. Desde fuera puede dar la sensación de que no tiene importancia si un conejo, un hámster o un hurón no evolucionan bien. Pero si eres veterinario de exóticos es porque te gustan estas especies y cuando no van bien sufres lo mismo. Yo me he pasado las mismas horas monitorizando y sufriendo tanto por un perro como por un hurón en mi internado clínico.
Las eutanasias tampoco son tan impersonales como se piensa. Además, en exóticos quizás terminamos realizando más eutanasias porque son especies sensibles que ocultan los signos clínicos y que llegan muchas veces en situaciones muy complicadas. Y por ello también hemos de ser muy buenos comunicando malas noticias y gestionando momentos críticos día tras día.
¿Has experimentado burnout profesional o lo has presenciado en tus compañeros?
Si. Creo que ya lo ves solo por el hecho de estar en esta profesión. Yo he experimentado burnout en diversos momentos. Por condiciones de trabajo irregulares, por sobrecarga de horas… En algunos momentos ha ido bien y pude gestionarlo, pero en otros la carga de trabajo unida a las urgencias diarias, hace que sea más complicado. Es una situación mucho más extendida de lo que nos gustaría en nuestra profesión y debe cambiar.
Cuando te replanteas si vale la pena continuar, por fascinantes que sean las especies o te guste tu trabajo, hay algo que no funciona.
Has dejado la clínica hace algo más de un año, ¿qué expectativas no has visto cumplidas en la clínica para ir a buscar una reorientación de carrera?
Decidí reorientar mi carrera profesional por varios motivos. Si las condiciones de crecimiento personal, profesional y económico no se cumplen… Si además hay tanta dificultad en compaginar el trabajo y tu vida personal te planteas un cambio. Personalmente, esto se unió a también a un cambio de prioridades y tomé la decisión.
Plantearte redirigir tu carrera profesional se basa en muchos matices, diferentes para cada persona, pero creo que, el burnout en nuestra profesión definitivamente juega un papel importante. Por suerte, nuestra profesión cuenta con muchas salidas diferentes y propósitos que realmente pueden llegar a ser apasionantes. ¡Así que los cambios no tienen por qué ser malos!