Es posible que en ocasiones debas permitirte sentir cierta vulnerabilidad, especialmente cuando tienes que atravesar un duelo y otras emociones de gran intensidad asociadas a una pérdida. Para ello, es necesario tomar conciencia y tener la capacidad de soltar esa sensación, reconocerla como algo que ya no te pertenece y que representa solamente una experiencia de la que has formado parte. Antes de empezar, te sugerimos que busques un lugar lo más tranquilo posible que disponga de luz natural cálida. Tras la pérdida de un paciente es muy recomendable que salgas de la clínica unos instantes y respires de forma consciente mientras contemplas los pájaros, los árboles y lo que sucede a tu alrededor. Nunca deberíamos dejar de sentir agradecimiento por tener la posibilidad de dedicarnos a cuidar y empatizar con todos los seres vivos. Trata de apoyarte en tus compañeros de trabajo y, sobre todo, ten la certeza de que has tomado la decisión correcta en el momento adecuado porque nadie podría haberlo hecho mejor ni con más cariño que tú.
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