Probablemente tu Hospital o Clínica tiene una amplia mayoría de mujeres veterinarias. Mujeres muy preparadas, algunas con Diplomatura de especialidad. Un día, uno de estos talentos femenino te dice que dimite para ir a trabajar a una Clínica más pequeña. Ya no le importa el prestigio del centro ni las posibilidades académicas de futuro. Es posible, aunque no te lo diga, que tenga burnout. No puede más. No quiere dejar la profesión, pero desea ejercerla de otra manera, sin tanta presión, sin tanto estrés y sin sacrificar su vida familiar por su trabajo. ¿Cómo podemos evitarlo?
Este escenario es cada día más frecuente en los grandes Hospitales y Clínicas veterinarias. ¿De quién es la culpa? Sabemos que la profesión, como todas las profesiones sanitarias, es vocacional y muy exigente. Solemos olvidarnos de nosotros y de nuestra familia por un paciente, nos preocupamos constantemente por su evolución y empatizamos con el sufrimiento de los tutores de las mascotas.
Además del desgaste emocional, otro factor entra en juego y este sí que es responsabilidad de las gerencias de los grandes centros: la sobrecarga de trabajo y la poca flexibilidad horaria.
La importancia de organizar el propio trabajo para reducir el estrés
Uno de los factores que más estresan a un veterinario es la falta de control sobre su trabajo y la imposibilidad de organizarlo según sus necesidades.
En el artículo «Mejorar la organización del trabajo para reducir el estrés en veterinarios» ya comentábamos cómo la falta de autonomía para tomar decisiones y modificar la carga de trabajo puede agravar el burnout y provocar ansiedad. Especialmente porque las actuales agendas en los grandes centros veterinarios hacen muy difícil la conciliación familiar.
Esta falta de control y autonomía afecta especialmente a las mujeres veterinarias. El sexo femenino está dominando claramente la profesión, una tendencia que va en aumento en Europa según demostró la encuesta VetSurvey en 2018. Mujeres que en la actualidad se ven obligadas a hacer auténticos equilibrios para conciliar la clínica con la familia, renunciar a ser madres para dedicarse de lleno a su carrera profesional o reenfocar su trabajo para mejorar la conciliación familiar.
¿Qué hacen las mujeres veterinarias para mejorar la conciliación familiar?
Veterinarias que son propietarias de la clínica
Las mujeres que son responsables de su propio negocio cuentan con una gran ventaja, la de poder organizar su horario en la clínica en función de sus necesidades familiares. Como nos decía Diana Palacios en la entrevista publicada en HappyVetProject, como empresaria tiene que cubrir las necesidades del Hospital, pero se pone en la piel de las trabajadoras mamás e intenta facilitarles la vida lo máximo posible.
Veterinarias que trabajan a sueldo para una Clínica u Hospital
La gran mayoría de veterinarias dejan su trabajo en las grandes Clínicas y Hospitales cuando quieren ser mamás o tienen niños pequeños. Esta pérdida de talento para los grandes centros suele tener un responsable: el burnout.
Las que no quieren dejar la clínica se reinventan: algunas montan su propia Clínica, como o , otras se dedican a hacer visitas domiciliarias –siempre en horario diurno por seguridad- y otras trabajan freelance en su especialización: ecografías, cirugía especializada, etología, nutrición y otras se buscan trabajo en Clínicas o consultorios más pequeños sin tanta presión laboral.
Veterinarias que trabajan a sueldo para una Clínica u Hospital
La gran mayoría de veterinarias dejan su trabajo en las grandes Clínicas y Hospitales cuando quieren ser mamás o tienen niños pequeños.
Esta pérdida de talento para los grandes centros suele tener un responsable: el burnout.
Las que no quieren dejar la clínica se reinventan: algunas montan su propia Clínica, como Marta Olivella y Gloria Secanella o Belén Montoya, otras se dedican a hacer visitas domiciliarias –siempre en horario diurno por seguridad- y otras trabajan freelance en su especialización: ecografías, cirugía especializada, etología, nutrición y otras se buscan trabajo en Clínicas o consultorios más pequeños sin tanta presión laboral.
Cómo evitar la pérdida de talento en las grandes Clínicas y Hospitales veterinarios
Cada vez que un veterinario deja tu organización supone una pérdida considerable de dinero. El burnout afecta a los veterinarios de ambos sexos. Hemos visto que en las mujeres con niños pequeños se agrava hasta que toman la decisión de abandonar las grandes clínicas y Hospitales.
En el artículo “Evita el coste económico del burnout en tu clinica veterinaria” nos hacíamos eco del estudio publicado en Frontiers in Veterinary Science en el que se calculaba que la empresa perdía entre los 2/3 y los 3/4 del salario de la persona que dimitía.
El burnout está teniendo consecuencias económicas graves para el sector: bajas laborales recurrentes, talento que deja el centro para trabajar en otras clínicas menos estresantes y disminución del rendimiento laboral.
Como gerente o responsable de un gran Hospital veterinario, retener el talento de las mujeres veterinarias (¡se acercan al 70% de la profesión!) debería ser casi una obligación. ¿Cómo puedes conseguirlo? Escuchando sus necesidades, implementando una estructuración horaria que permita una cierta flexibilidad, autorizar el trabajo más burocrático desde casa y permitir los cambios de turno de trabajo entre compañeros para cubrir ausencias repentinas por enfermedad de un niño.
El futuro del sector veterinario será mayoritariamente femenino, lleno de mujeres muy preparadas, algunas con Diplomaturas europeas de especialidad, que pronto o tarde querrán fundar una familia. ¿Estamos preparados para no perder todo este talento?
Referencias
- VetSurvey 2018. Survey of the veterinary profession in Europe. Federation of Veterinarians of Europe.