La presión que se vive a diario en la práctica veterinaria puede ser positiva y convertirse en un estímulo o bien negativa y ser un factor de estrés. Nuestra manera de afrontarlo y la capacidad de resiliencia serán factores clave para evitar que se convierta en un factor de estrés y burnout.
El diccionario de la American Psychological Association define presión como «exigencias desmedidas o estresantes, imaginarias o reales, que se imponen a un individuo para que piense, sienta o actúe de determinadas maneras. La vivencia de presiones suele ser causa de malestar o trastornos cognitivos y afectivos, así como de estrategias de afrontamiento no adaptativas, cuya corrección puede ser un objetivo intermedio o final de la psicoterapia.»
Hemos resaltado imaginarias o reales porque hay dos tipos de presión: la que nos autoimponemos y la que nos imponen desde el exterior. El grado de intensidad con el que percibimos ambas presiones puede ser, como dice la definición, fuente de malestar y provocar ansiedad y estrés.
La presión puede darse en diferentes ámbitos: familiar, social y laboral. Esta última es la que nos ocupa en este artículo y vamos a explicar en qué circunstancias es positiva y cuándo se convierte en algo negativo.
La presión positiva es la que nos da seguridad
Un ejemplo de presión positiva es la que nos estimula a tomar la iniciativa y nos da seguridad. Por ejemplo, cuando un compañero más experimentado o senior en el tema nos dice “Hazlo tú, que tú puedes”. Imagina la situación: cuando dudas al hacer una punción ecoguiada, un vendaje complejo o de manipular el endoscopio. En este caso recibimos un apoyo y una dosis extra de confianza para actuar.
Este tipo de presión favorece el rendimiento en el trabajo y nos estimula a trabajar con mayor eficacia y precisión.
La presión positiva es la que nos estimula y nos da confianza para actuar
La importancia de nuestra percepción de la presión
La presión en una clínica veterinaria puede convertirse en algo negativo cuando debemos trabajar bajo condiciones adversas, de tiempo o de sobrecarga de tareas y manteniendo la eficiencia. La carga y la naturaleza compleja del trabajo en una clínica, el reducido tiempo de consulta, etc., son las condiciones adversas ideales para desarrollar una percepción negativa de la presión. El estudio “Can you handle the pressure?” demostró que hay personas que se desenvuelven mejor con un cierto grado de presión en el trabajo y a otras no les genera un estrés difícil de llevar. ¿Por qué?
La manera de percibir nuestro entorno y nuestra capacidad de resiliencia determinan que la presión sea algo positivo o genere estrés.
La presión negativa es cuando se juntan las condiciones laborales adversas con un alto nivel de autoexigencia para ser perfectos.
Las mismas circunstancias pueden volverse negativas cuando nos presionamos para ser “perfectos” o para alcanzar logros que en realidad no deseamos, pero que nos imponen desde fuera. Esto puede suceder fácilmente cuando tenemos menos experiencia y trabajamos en un centro de perfil elevado o cuando estamos haciendo una especialización como un internado o residencia donde el grado de exigencia es realmente muy elevado.
Esto se puede combinar con un perfil psicológico frecuente en sanitarios, que corresponde a “personas exigentes y perfeccionistas, con baja tolerancia a la frustración y que no quieren decepcionar a los demás”, según definen los psicólogos. En estos casos, aceptar el error o fracaso como algo humano e integrarlo como algo que va a suceder de tanto en tanto en la profesión, como nos cuenta el Dr. Luis Feo, Diplomado en Medicina Interna, en la sección Vet Voices, es un requisito indispensable para gestionar bien la presión y que no se convierta en un factor de estrés.
Adaptarse a la presión mejorando nuestra capacidad de resiliencia
La práctica veterinaria es dura emocionalmente por la cantidad de decisiones críticas que se deben tomar a lo largo del día, altos estándares científicos, el contacto con el público, la dificultad para conciliar el trabajo con la vida personal…
Aumentar la resiliencia nos ayudará a mejorar nuestra capacidad de adaptación frente al estrés
Hemos de ver las circunstancias que rodean la profesión como algo neutro, ni positivo ni negativo. Somos nosotros quienes los convertimos en algo constructivo o destructivo. La manera como nos adaptemos a ellas estará condicionada por nuestra resiliencia: la presión puede ser algo totalmente limitante y generador de un estrés insoportable que nos lleve a tirar la toalla o convertirse en un estímulo constructivo.
Aprende a ser más resiliente para gestionar mejor el estrés de tu día a día. Encontrarás mucha información útil en el artículo 7 Consejos para potenciar la resiliencia de Vets y ATV’s frente al estrés. También encontrarás consejos para gestionar el estrés en Learn How to Manage Stress to Avoid Burnout
References:
- Marie S. Mitchell, Rebecca L. Greenbaum, Ryan M. Vogel, Mary B. Mawritz, and David J. Keating, 2019: Can You Handle the Pressure? The Effect of Performance Pressure on Stress Appraisals, Self-regulation, and Behavior. AMJ, 62, 531–552, https://doi.org/10.5465/amj.2016.0646
- American Psychological Association. APA Dictionary of Psychology. https://dictionary.apa.org/
- MAPSICOLOGOS. La presión autoimpuesta. En https://mapsicologos.com/2020/11/12/la-presion-autoimpuesta/