Los hombros influyen sobre la cabeza, el cuello, la parte inferior de la espalda y la pelvis, la apertura torácica, la posición de los brazos, la capacidad para doblar y arquear la columna, la presión y el peso soportados por las rodillas y los tobillos e incluso sobre la parte del pie con la que tendemos a pisar primero. Por tanto, podemos afirmar que afectan de forma muy significativa tanto a nuestro equilibrio como a nuestra postura corporal. Las articulaciones de los hombros tienen mucha menos estabilidad que las de la cadera debido a que el soporte óseo es mínimo. Por tanto, lo que las mantiene en su sitio es un conjunto formado por tendones, ligamentos, el labrum y las cápsulas articulares. La clavícula está «flotando» y la escápula, por su parte, permanece sujeta por otra serie de músculos. Muchas lesiones del manguito rotador están generadas por la pérdida de tonicidad de los músculos estabilizadores derivada de traumatismos, un uso descompensado o malas posturas, siendo estas últimas bastante habituales entre profesionales de la veterinaria.
Aunque estos ejercicios se pueden realizar de forma independiente y al ritmo que mejor se adapte a cada persona, lo ideal para maximizar sus beneficios es hacer la serie completa en casa de forma continuada.