Dr. Diana Palacios es copropietaria de un Hospital Veterinario de referencia con 20 trabajadores, 13 de ellos veterinarios. Pero ante todo es madre de un niño de 4 años. Con un 70% de mujeres en la profesión, su experiencia personal puede servir de ejemplo para muchas veterinarias que se están planteando ser madres.
¿Has notado alguna dificultad en tu trabajo por el hecho de ser mujer y propietaria del Hospital?
Cuando abrimos el Hospital con mi socio, él era un veterinario conocido y yo no. Al principio era muy evidente que los veterinarios que nos remiten casos confiaban más en él, supongo que porque yo tenía menos años de práctica. Con los años nos hemos ido equiparando en experiencia y aún así algunos siguen buscando la validación de mi socio. No podría asegurar si es por el hecho de ser mujer o no.
Con los clientes es distinto, ya están habituados a tratar con muchas mujeres veterinarias.
Tomaste la decisión de ser madre cuando el Hospital ya estaba en marcha y a pleno rendimiento. ¿Cuáles fueron las mayores dificultades con las que te encontraste?
En primer lugar, no me plantee ser madre hasta no tener un horario aceptable, con una jornada estable y haciendo pocas urgencias. Estuve trabajando a jornada completa hasta la semana 37 por una cuestión administrativa de mi mutua. Aunque estaba más cansada, me encontraba bien.
Luego me incorporé antes de lo previsto, cuando el bebé tenía 3 meses. Pero negocié con la empresa la posibilidad de trabajar media jornada el doble de días que me quedaban de baja. Pensé que así el bebé no notaría tanto mi ausencia como si me hubiera incorporado a jornada completa de un día para otro.
Y a nivel personal, ¿qué te supuso? ¿Entraste en conflicto con la profesión al ser madre?
Obviamente, si hubiera sido en otro momento de mi carrera hubiera agotado toda la baja de maternidad. Hubiera estado mucho más tiempo con mi hijo. Pero en aquel momento no podía porque el Hospital también era mío, era mi responsabilidad. Además tenía un sentimiento de deber hacia los compañeros que estaban cubriendo mi baja.
Vives una doble sensación: por un lado, el instinto de cuidar al niño te hace sentir un poco mala madre por “abandonarle” pero por otro te sientes bien a nivel personal por poder trabajar en tu profesión, ni que sea tres o cuatro horas y salir un poco del modo “madre”.
¿Crees que el hecho de ser madre puede frenar la progresión de las mujeres veterinarias?
Absolutamente. No te frena la empresa, ni el hecho de ser propietaria de una Clínica Veterinaria. Te frenas a ti misma: tienes que trabajar las mismas horas al día y debes ocuparte de tu hijo. Sigues haciendo algún curso pero es mucho más difícil asistir a todos los Congresos y a todos los Cursos que te gustarían. Si te apuntas a todo, ni ves al niño.
Hago algún curso de fin de semana, pero no un Post-Grado, por ejemplo, porque no me sentiría bien estando tanto tiempo fuera de casa.
¿Y cómo te organizas cuando asistes a un Congreso o algún Curso? ¿Para estudiar, incluso?
Tengo la suerte de que el padre del niño puede ocuparse de él, pero sí, saco horas de cualquier parte. Aprovecho cuando el niño está en la guardería o en el colegio, lo apunto a campamentos de verano…
Tengo cierta envidia de algunas compañeras sin hijos que hacen Post-Grados que me encantaría hacer pero no tengo tiempo. Me apunto a webinars que a veces termino y a veces me duran días… y así voy.
Me gustaría poder realizarme profesionalmente un poco más, pero me compensa también la realización a nivel personal que representa ser madre.
¿Conoces a veterinarias que hayan sacrificado también parte de su profesión por sus hijos?
Sí, y también a muchas que se han perdido muchas cosas de sus hijos por la veterinaria. Tengo una compañera que es madre de una niña de 4 años y un niño de 1 año. Cuando la niña tenía 2 años se fue una semana a formarse con un especialista, cursa másters online, cursos presenciales de fin de semana… Esto supone dejar a su marido y a sus hijos en casa.
Está contenta porque está mejorando mucho a nivel profesional pero está agotada. La familia en estos casos puede ser de gran ayuda, si no, es muy difícil. Y a menudo tiene sentimientos de culpa por tener que dejar a los niños para formarse.
¿Crees que una mujer veterinaria necesita contar necesariamente con ayuda de la familia para poder ser madre?
La verdad es que hay factores que lo complican. El primero, que tu pareja no sea veterinario, porque cuesta entender los horarios y turnos de esta profesión que tanto nos gusta. No es lo mismo trabajar en una oficina con horario de 8 a 4 que en una Clínica de la que llegas a veces a las 9 de la noche y a las 10:30 tienes que volver a salir por una urgencia.
¿Y si quiere ser madre soltera?
Creo que se puede ser madre soltera si la empresa es comprensiva y si se tiene la ayuda de la familia. Obviamente somos veterinarias, nos debemos a unos horarios de apertura al público, no todos los clientes pueden venir en el horario en que tú estés y si eres especialista en algo, igual tienes que hacer algún turno de tarde o urgencias.
¡Imagina el día que el niño amanece enfermo y tiene que quedarse en casa!. Si no tienes ayuda ¿cómo lo haces? Si tienes una buena posición económica puedes contratar alguna baby-sitter pero claro, esto tiene unos costes económicos que no todas pueden asumir.
¿Qué consejos darías a estas veterinarias que están en la franja de edad para ser mamás?
Pues que si quieren tener un hijo, que lo tengan. Según mi experiencia, te esperas un tiempo para ser madre y luego te das cuenta de que hubieras hecho lo mismo o habrías modificado alguna cosa si lo hubieras tenido más joven. Al final te las arreglas.
Me he dado cuenta también de que soy mucho más eficiente en mi trabajo desde que soy madre. Como quiero salir a una hora concreta, me organizo mejor en el trabajo y no pierdo el tiempo con tonterías porque quiero llegar a tiempo para cenar con el niño, acostarle o recogerle del colegio.
Y hablemos de Diana Palacios como empresaria ¿Piensas en las trabajadoras mamás?
Obviamente como empresaria tengo que cubrir las necesidades del Hospital, pero me pongo en su piel e intento facilitarles la vida lo máximo posible. Como sé que es más fácil tener horario de mañanas, intento pasar a las madres a este horario. Si tienen a un niño enfermo, pues cubrimos su trabajo como podemos hasta que pueda volver. Sé que si respeto a su familia y sus necesidades, ellas también respetarán las necesidades del Hospital.
¿Y cómo crees que sería la Clínica veterinaria ideal donde trabajar para una mamá con hijos pequeños?
Lo ideal sería tener una sala donde los niños pudieran estar con una cuidadora o incluso montar turnos con las otras madres. Un espacio donde pudieras sacarte tranquilamente la leche y guardarla para darla en casa si estás con lactancia materna. El problema es que en Centros pequeños y con poco volumen de personal con estas necesidades es poco viable.
Pero en los Hospitales grandes, en los que el 80% son mujeres y de pronto tienes a 4 o 5 de ellas con bebés lactantes o menores de un año, sería estupendo. Si puedes incorporarte después de la baja maternal y sabes que tienes a tu bebé en el mismo edificio con alguien que lo está cuidando, ya te da igual trabajar en turno de mañana que de tarde. Sabes que puedes ir en cualquier momento para dar el pecho, verle y ya no te viene de un cuarto de hora para salir de trabajar.